Es curioso como la literatura, en cierta medida, pero especialmente el cine y la televisión, modifican los conocimientos y la percepción que tenemos de la historia.
Podemos citar batallas de la Guerra Civil de los Estados Unidos con relativa facilidad y sin embargo, pocos habitantes de Euskadi saben que, más o menos por la misma época, en el valle de Somorrostro, tuvo lugar una gran batalla, con muy poco que envidiar a las televisivas acciones de Gettysburg o al sitio de Atlanta y que ya vaticinó los horrores que provocaría la Primera Guerra Mundial.
En marzo de 1874, el ejercito carlista llevaba ya unos meses sitiando Bilbao. La ciudad, orgullosa, se resistía y el general Serrano, al mando de 35.000 hombres bien armados y pertrechados, con fuerte apoyo de artillería y de la armada, trataba de romper el cerco aproximándose a la ciudad desde Castro Urdiales.
Los carlistas cavaron un todavía primitivo, pero excelente sistema de trincheras y parapetos, aprovechando el terreno, entre el Montaño de Zierbena y los montes de Triano, con un eje central en la ermita de San Pedro de Abanto, que dominaba el valle.
Los avances tecnológicos en las armas de fuego que se produjeron durante los últimos años del siglo XIX, la invención de las armas de fuego que podían cargarse con cartuchos compactos y sin tener que hacerlo por la boca, tanto fusiles, como cañones, daban una enorme ventaja a las posiciones defensivas y parapetadas. Así, los 15.000 carlistas pudieron resistir los avances liberales, hasta que fueron flanqueados por el alto de Las Muñecas, rompiendo con ello el sitio a la capital vizcaína, lo que condujo, finalmente, a la derrota final del ejercito carlista en aquella guerra.
Esta ventaja de las defensas se llevó al extremo tras el invento de la ametralladora, en la década de 1880. Cientos de miles de jóvenes europeos murieron en los campos de batalla de Francia, Bélgica, Polonia, Italia o Serbia, en absurdas cargas descubiertas de infantería, sin posibilidad de conseguir avance alguno.
Tras la Gran Guerra, Europa sabía con certeza que las naciones europeas volverían a enfrentarse y Francia decidió prepararse para ello. Por iniciativa de André Maginot, ministro de defensa entre 1922 y 1932, la República Francesa construyó una línea defensiva de fuertes y trincheras de hormigón, a lo largo de toda la frontera de con Alemania, que, ajustada la inflación, costó lo equivalente a unos 5.000 millones de euros actuales. Muchos de aquellos fuertes e instalaciones se pueden visitar.
¿Y qué sucedió?… pues que, cuando la línea se terminó, en 1939, y estalló la guerra, los tanques y la aviación habían revertido completamente la situación. Y los frentes, eternamente atascados de la primera guerra, se volatilizaron. Los tanques alemanes entraron en Francia el 10 de mayo de 1940 y la Línea Maginot fue rodeada por el norte. Francia se rindió apenas 46 días más tarde.
¿Por qué les cuento esto?… porque me parece un gran ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas: Ideas preconcebidas, ninguna capacidad de adaptación, medios desproporcionados… para un resultado nulo.
Ya hace mucho tiempo que, con mucha intensidad, estamos trabajando en mejorar la coordinación de actividades empresariales en fábrica.
Nuestra motivación inicial derivó de, lo que en lenguaje de AVEQ-KIMIKA llamamos “una debilidad de gestión”: a pesar de que los datos de frecuencia y gravedad de accidentes laborales en nuestras fábricas son excelentes, liderando nuestros sectores la industria vasca… lo que es “mucho liderar”, sinceramente, tanto en personal propio, como en contratas, ambos indicadores, de frecuencia y gravedad, son mejores en aquellos, frente a éstos.
Esa situación nos decía que, si bien los datos en contratas eran objetivamente buenos, era posible mejorarlos… y, claro, a ello nos pusimos.
Pero en gestión CAE, en seguridad laboral en general y, bueno, casi en cada uno de los aspectos en los que trabajamos, la aplicación de medidas sin control quizás nos lleve a la mejora, pero también nos conduce al bloqueo.
La propia normativa es clara: la información, las instrucciones de trabajo que reciban las contratas y los trabajadores y trabajadoras de éstas, “deberán ser suficientes y adecuadas” a los riesgos a los que se enfrentan.
Organizamos nuestros procedimientos en cuatro niveles, con estricto cumplimiento de la normativa, pero proporcionados, suficientes y adecuados a los riesgos en cada uno de ellos. Los llamamos: “Obras de Construcción”, “Real Decreto 171”, “Chóferes de camiones” y “Visitas”.
Hemos trabajado en procedimientos para cada uno de ellos, ayudado a las empresas a implementarlos. Hemos integrado las bases de datos de la documentación de contratas de las empresas en nuestra plataforma Koordinatu… y hemos formado a decenas de profesionales en los requisitos legales de esta delicada cuestión y en cómo superarlos.
Aún no hemos llegado a equilibrar los datos de trabajadores propios y de contratas… pero seguimos en ello. Si quieren saber cómo, el viernes 22 de marzo, nuestro departamento de seguridad imparte un comprimido curso de 4 horas destinado a explicar cómo lo estamos haciendo y, especialmente, cómo cualquier instalación, por pequeña que sea, invirtiendo una cantidad de tiempo y esfuerzo muy proporcionado, puede sistematizar y organizar con eficiencia todo el sistema CAE.
Saber siempre, con total seguridad, que la documentación está en orden y que nuestros esfuerzos pueden volcarse en el verdadero objetivo: la prevención.