El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones

Seguro que han oído alguna vez la frase que titula esta entrada y, sí, les aseguro que tiene que ver con la Sostenibilidad. Pero, en fin, este no sería su blog favorito si, antes de entrar en “nuestros” temas, nos les contara alguna curiosidad, a veces graciosa, generalmente algo pedante, para “descomprimir”… al fin y al cabo, es viernes (o casi).

San Francisco de Sales, santo francés del siglo XVII, patrón de los periodistas, atribuyó la frase que titula esta entrada: “El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones” a otro santo, también francés pero del siglo XII, llamado San Bernardo de Claraval.

En la sala 17A de la primera planta del edificio Villanueva del Museo del Prado, dedicada a la pintura española del siglo XVII, casi todos los cuadros son obras de Alonso Cano.

Pintor, dibujante, genial escultor y arquitecto granadino, que, a pesar de centrar su producción en obras de carácter religioso (el público en la España de aquellos días era lo que demandaba y el dinero manda…), fue un vividor y un pendenciero (Antonio Palomino, también pintor y marchante de arte, dijo de él que era un «impaciente y mal sufrido»). A pesar de su éxito y de que ganó mucho dinero a lo largo de su vida, siempre estuvo endeudado.

Tanta fama de violento se había ganado, al parecer había participado en varios duelos de espada y pistola, que fue detenido como principal sospechoso del asesinato de su propia esposa. A pesar de ser torturado en el interrogatorio, finalmente fue declarado inocente y liberado.

Pues bien, en la sala 17A hay un cuadro muy llamativo de Alonso Cano y, si me lo permiten, algo “chusco”. Técnicamente impecable, representa la leyenda de San Bernardo de Claraval y la Virgen… echen un vistazo para ver a qué me refiero con lo de “chusco”.

Al otro extremo de la planta, en la sala 7A, hay otro cuadro del pintor catalán Francisco Ribalta, también del siglo XVII, llamado “Cristo abrazando a San Bernardo”. Este es una obra maestra de la composición y de la expresividad de los rostros.

Aunque a San Bernardo de Claraval se le recuerde por la pintoresca leyenda de la Virgen, fue un monje cisterciense muy importante en la iglesia medieval. Decisivo en la expansión del arte gótico o del canto gregoriano durante su mandato en la Orden del Císter, una pieza fundamental de la cultura medieval en Europa. Dante Alighieri, nada menos, lo convirtió en personaje de la “Divina Comedia”, personificándole como su guía de la última parte de la visita por el Paraíso.

Personalmente, la frase en cuestión me parece una expresión genial y muy apropiada para ilustrar muchas situaciones del día a día. También decisiones políticas en materia de Sostenibilidad y medio ambiente.

La Unión Europea carece de una política energética común. Una materia, en la que seguramente, una mayor masa crítica favorecería posiciones ventajosas en el contexto global, no ha sido objeto de coordinación entre los estados miembros.

En mi muy modesta y particular opinión, el motivo es sencillo: aquellas materias en las que Francia y Alemania no pueden ponerse de acuerdo, no merece la pena que la UE entre a debatirlas. Y, en el centro del desacuerdo está uno de los temas más polémicos de nuestros tiempos: la energía nuclear.

Alemania, al igual que España, con las mejores intenciones del mundo y cuando la preocupación por el cambio climático era una extravagancia, decidió renunciar a avanzar en esta fuente de energía y, aunque en España todavía el 20-25% de la energía consumida procede de las centrales nucleares, estas son ya bastante antiguas.

Durante este verano, a esta circunstancia se ha sumado una escalada de precios del gas natural sin precedentes en el mercado global y un elevadísimo precio de los derechos de emisión de CO2… un precio éste último en el que, por cierto, la Unión Europea no dudó en intervenir en plena crisis de 2009-2010, porque consideraba que estaba demasiado bajo.

El resultado es que, en un día cualquiera, a una hora cualquiera, nos encontramos con datos como los siguientes (Tengan en cuenta que los datos cambian casi cada minuto. Estos datos se han obtenido en horario nocturno y escasez de viento):

España, con un 21,74% de energía producida por las centrales nucleares y un 43,92% generada por las centrales de gas, ofrece un dato de 260 g de “Intensidad de carbono” (gCO₂eq/kWh) y un precio medio en el mercado mayorista en agosto de 105,9 euros el megavatio hora (€/MWh).

Alemania, con un 36,29% de energía procedente del carbón, tiene unas emisiones de carbono mucho peores que las españolas (416g) pero un precio medio en agosto de 2021 bastante más competitivo 82,70 €.

Francia, por último, marcó en el momento de consultar los datos un 73,06% de energía de origen nuclear, un precio medio en agosto de 2021 de 77,30 € y una intensidad de carbono ínfima, equivalente a 68 g.

A parte de las excepciones que marcan Finlandia, Austria y Noruega, por el elevado porcentaje de generación hidroeléctrica del que disfrutan, creo que revisando los datos de otros países de la UE, el paralelismo es evidente. Suecia, también se apoya en la generación hidroeléctrica, pero también mantiene una fuerte apuesta por sus centrales nucleares.

No acepten explicaciones sencillas a problemas complejos. Y mucho menos soluciones simples a esos mismos problemas. La “culpa” no es de los beneficios de las eléctricas y la solución no es la creación de una empresa eléctrica pública… y las medidas del Real Decreto-Ley publicado este pasado miércoles en el BOE son solamente parches con muy poco recorrido.

Ahora es fácil decirlo, pero hubiera bastado con haber realizado una mejor planificación de la transición hacia las renovables y haber mantenido una diversificación más equilibrada en el mix de generación.

Y que conste que aquí nadie duda de las buenas intenciones de los sucesivos gobiernos que, aunque fuera por una convicción política poco fundamentada en bases técnicas y científicas, todo hay que decirlo, rechazaron avanzar en el desarrollo de la energía nuclear en España, pero, es igualmente cierto que con ello empedraron un camino que, dado el estado de la técnica de generación de renovables y ausencia de almacenamiento eficaz, lleva a fuertes altibajos de los precios (no olvidemos que, al fin y al cabo, la media de enero de 2021 fue de 0,39 €/MWh, con casi un 45% de producción eólica durante ese período) y, en las fases de ciclo de precios elevados, a unas emisiones de gases de efecto invernadero muy poco compatibles con el compromiso climático.

Y sí, una situación de precios elevados de la energía, con la consiguiente falta de competitividad de los sectores productivos, sumada a un mal balance climático, es el infierno de la Sostenibildad.

País Precio medio agosto 2021 (€/MWh) Intensidad de carbono 

(gCO₂eq/kWh)

Porcentaje de origen nuclear Porcentaje de origen gas Porcentaje de origen carbón
Ireland 131,48 541 0% 30,92% 26,61%
United Kingdom 125,80 342 14,1% 50,51% 4,53%
Greece 121,70 ND ND ND ND
Romania 112,67 312 19,3% 18,19% 16,76%
Italy
112,40 446 0% 36,93% 9,04%
Bulgaria 111,55 382 35,93% 6,75% 40,31%
Hungary
109,02 280 30,35% 19,84% 6,9%
Portugal
105,98 292 0% 45,7% 3,65%
Spain
105,94 260 21,74% 43,92% 2,41%
Croatia
105,51 348 ND ND ND
Slovenia
105,46 259 26,13% 3,19% 21,07%
Lithuania
87,74 487 ND ND ND
Latvia 87,32 539 ND ND ND
Estonia 87,03 725 ND ND ND
Netherlands
86,62 448 2,87% 30,1% 15,49%
Slovakia
85,48 299 33,73% 10,06% 3,71%
Czech Rep. 85,48 458 30,51% 12,62% 32,94%
Luxembourg
83,70 ND ND ND ND
Austria
82,83 190
Denmark
82,79 310 0% 11,32% 26,65%
Germany
82,70 416 12,55% 10,39% 36,29%
Poland
82,30 722 0% 6,48% 76,81%
Belgium
79,47 213 46,23% 21,3% 0%
France
77,30 68 73,06% 7,9% 1,07%
Sweden
72,34 58 27,43% 0% 0%
Norway
71,78 30
Finland
68,20 164 19,07% 3,07% 7,25%

Fuente: Precios y emisiones de CO2 y mix energético.

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