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Para que el Plan de Autoprotección y, especialmente, los procedimientos de actuación en emergencias establecidos sean eficaces, deben realizarse periódicamente simulacros. Los resultados obtenidos en los mismos son indicadores del nivel de implementación del plan y de los procedimientos establecidos, de ahí la importancia de la organización de los simulacros. Estos pueden ser muy variados; afectar a la totalidad de la empresa o solo a un área o instalación, incluir un único escenario (evacuación, derrame, incendio, etc.) o plantear un escenario recreando la posible evolución del mismo. Existe además, la posibilidad de, de forma conjunta o separada, ejercitar los aspectos de comunicación interna y externa asociados a una emergencia: comunicación con autoridades, vecinos, familiares, medios de prensa, radio y televisión, etc.
Para su organización, deben tenerse en cuenta los riesgos y los recursos disponibles en cada una de las empresas con el fin de que los simulacros que se efectúen permitan reproducir situaciones reales que puedan originarse, ante las cuales se van activando los distintos medios y recursos, la coordinación entre ellos, la evolución de dicha emergencia, etc. Para potenciar la implicación de las personas en los mismos pueden desarrollarse, asimismo, distintas metodologías, tales como la introducción de elementos de realismo en los mismos (humo, ejercicios de búsqueda de desparecidos, heridos, etc.).
El análisis de los resultados obtenidos en los simulacros permitirá detectar deficiencias en el Plan de Autoprotección y en los procedimientos establecidos, cuya subsanación permitirá a las empresas estar mejor preparadas para el hipotético caso de un acontecimiento inesperado de grandes consecuencias.
DIRIGIDO A:
Responsables, coordinadores de seguridad y técnicos en prevención de riesgos laborales y seguridad laboral. Técnicos acreditados para firmar Planes de Autoprotección.
