Con más de 5.000 empleados y 11 plantas productivas repartidas en Europa y América, Vidrala se posiciona como una de las empresas tractoras del sector del vidrio reciclable en Euskadi. Cada año produce más de 9.000 millones de botellas y tarros para más de 1.600 clientes. Según Mar Baixaulí, responsable de Gestión de Talento de Vidrala, el objetivo de la compañía es “fabricar envases de vidrio de forma eficiente, rentable y sostenible, garantizando el bienestar de las personas y cumpliendo las expectativas de nuestros clientes”.
Desde su sede en Llodio, Vidrala coordina sus decisiones estratégicas globales, que abarcan tanto su estructura industrial como su red de servicios logísticos y de envasado. “El impacto social en el Valle de Aiala se sustenta en tres pilares: empleabilidad, decisiones estratégicas y colaboración con clientes y proveedores. Somos el mayor contribuyente de la región, lo que refuerza nuestro compromiso con el territorio”, señala Baixaulí en una entrevista en El blog de la empresa vasca de SPRI.
En 2024, la empresa asociada a AVEQ-KIMIKA Vidrala ha consolidado su posición como una empresa más sólida y diversificada, marcando un punto de inflexión en su modelo de negocio. Los resultados de los primeros nueve meses reflejan los frutos de una estrategia orientada a diversificar y reenfocar operaciones, optimizar su estructura industrial y mejorar las instalaciones productivas. «Hoy, Vidrala es un negocio diferente. Hemos reorganizado nuestras operaciones para ser más eficientes, ofrecer servicios diferenciales y adaptarnos a las necesidades de mercados clave», explican desde la compañía.
Aunque la recuperación de la demanda en algunas regiones maduras ha sido más lenta de lo esperado, la compañía sigue reforzando su liderazgo. Este enfoque estratégico ha permitido a Vidrala afrontar un entorno de consumo más débil con resiliencia y mantenerse como referente del sector. «De cara al cierre de este año, nos consolidamos como una empresa robusta, preparada para impulsar el crecimiento y liderar en mercados estratégicos», destacan desde la dirección.
Resiliencia y liderazgo
La capacidad de Vidrala para adaptarse a un mercado en constante cambio es el resultado de inversiones en tecnología, innovación y sostenibilidad, pilares que continúan guiando sus próximos pasos. Con un equipo global de más de 5.000 personas y una producción anual de 9.000 millones de envases, la compañía refuerza su compromiso con la eficiencia y la sostenibilidad como elementos clave para garantizar su competitividad a largo plazo.
Baixaulí también subraya que la gestión del talento debe percibirse como una oportunidad de mejora y no como un problema. Desde 2017, Vidrala desarrolla su estrategia One Horizon para ofrecer una propuesta de valor más competitiva a sus empleados. “El descenso de la natalidad y las nuevas expectativas generacionales son retos que asumimos como oportunidades para innovar y adaptarnos”, añade.
El desafío de la competitividad local
En relación con el Valle de Aiala, Baixaulí destaca que el principal desafío y oportunidad de la región radica en “la mejora de la competitividad local”. Según la responsable, es esencial aumentar la productividad, reducir costes y fomentar el diálogo social con una visión a largo plazo. “Muchas empresas del Valle han enfrentado problemas de rentabilidad debido a su falta de competitividad. Debemos enfocarnos en ser más eficientes y sostenibles”.