Los días 22, 25 y 26 de noviembre, las sirenas de emergencia química se activarán en seis municipios de Euskadi: Hernani, Muskiz, Abanto-Zierbena, Santurtzi, Zierbena y Lantarón. Este ejercicio rutinario tiene como objetivo comprobar el correcto funcionamiento de los sistemas de alerta y garantizar que la población de las zonas cercanas a plantas químicas esté familiarizada con estos sonidos, esenciales en caso de una emergencia real.
El secretario general de AVEQ-KIMIKA, Luis Blanco-Urgoiti, ha destacado en una entrevista a EL CORREO la importancia de estas pruebas dentro de la normativa SEVESO, una de las más estrictas del mundo en materia de seguridad industrial. «Es fundamental que la ciudadanía conozca cómo protegerse y qué hacer en caso de emergencia química. Repetiremos este mensaje tantas veces como sea necesario», ha subrayado.
Euskadi cuenta con un protocolo robusto en materia de emergencias químicas, en el que colaboran la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología (DAEM) del Gobierno Vasco y las empresas del sector químico. «Los planes de emergencia exterior son un ejemplo de coordinación público-privada. Incluyen a fuerzas de seguridad, bomberos, ayuntamientos y responsables de comunicación, que trabajan unidos para garantizar la seguridad de todos», ha explicado Blanco-Urgoiti.
Entre las medidas contempladas en estos planes se encuentra el sistema ES-Alert (RAN-PWS), que envía notificaciones a los móviles de las personas en las zonas afectadas, y la app SOS Deiak, que permite recibir alertas directas y consejos de autoprotección.
Campaña informativa
La activación de las sirenas forma parte de la campaña de otoño del proyecto Seguridad KIMIKA, una plataforma informativa impulsada por AVEQ-KIMIKA en colaboración con la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco. El proyecto incluye la difusión de materiales educativos, como vídeos, folletos y reuniones con la población y empresas del entorno, así como sesiones en colegios para concienciar a las nuevas generaciones.
Las sirenas de emergencia química se utilizan exclusivamente en casos que requieren confinamiento, como fugas de gases o vapores tóxicos, y emiten un sonido específico tanto al inicio como al final de la alerta. Según Blanco-Urgoiti, «es crucial que la población entienda que el sonido de la sirena implica confinamiento inmediato. En los simulacros, el sonido es idéntico al de una emergencia real, pero siempre avisamos con antelación para evitar alarmas innecesarias».
Actualmente, las sirenas están instaladas en municipios donde la industria química trabaja con grandes cantidades de sustancias calificados como peligrosos y que, en caso de accidente, pueden generar nubes tóxicas, dependiendo de factores como la meteorología o la geografía del terreno. No todas las plantas industriales requieren este sistema, sólo aquellas que están sujetas a la normativa
SEVESO. Por ejemplo, en el caso de Oxinorte, en Barakaldo, no se ha instalado una sirena porque, según ha explicado Blanco-Urgoiti, «la planta no maneja sustancias tóxicas. Produce y almacena oxígeno, nitrógeno y argón, que son gases no peligrosos».
Cómo actuar ante una emergencia real
Desde AVEQ-KIMIKA se insiste en la importancia de identificar el riesgo y conocerlo. «Después hay que interiorizar los tres pasos básicos ante una emergencia química: protegernos las vías respiratorias con un pañuelo o ropa, confinarnos en interiores, y aguardar indicaciones», han explicado.
«Más vale tener mil planes sin una emergencia que enfrentar una emergencia sin plan», ha concluido Blanco-Urgoiti. Este tipo de iniciativas busca garantizar la seguridad y generar confianza en la población, destacando el compromiso del sector químico vasco con la prevención, la sostenibilidad y el bienestar de su entorno.